Conservación y Conversación, Sintonización y Sincronización.
Cuando estaba en La Piragua, cerca de Calzoncillos, comuna de Curepto, preguntaba a una jóven señora hace cuánto tiempo vivía allí.
Desde que el abuelo había fallecido, me respondía.
Y hace cuánto falleció el abuelo?, pregunté.
De cuando vino la helada esa después de cuando tembló fuerte.
Mmmmm. Y cuando tembló?
Cuando cultivabamos la papa.
Mmmm. Y usted tiene hijos?
Tengo uno, pero me lo quitaron, porque se enfermó. Se lo llevaron para Talca. Allá se está recuperando.
Y quien se lo llevó?.
Los de la municipalidad se lo llevaron. Me gustaría verlo a mi.
Y de cuando que se llevaron a su hijo?
De cuando cultivamos el poroto.
Y eso fue hace mucho?
De dos sequías atrás, me respondió.
Era la primera vez que me topaba con una persona que no conocía el reloj. Que sus tiempos y sus sincronias eran plenamente naturales.
Había tenido un hijo alguna vez, que se lo robaron o se le murió y nunca nadie le contó que había muerto.
El analfabetismo parece retraso en muchos momentos, pero es una falta de sintonía y sincronía, solamente.
No me atreví a preguntarle si sabía que el ruil estaba a punto de desaparecer, esos ruiles que estaban al lado de la chanchería y tocón del cual servía para lavar ropa.
Su falda, rajada a mano.
Difícil la conservación en ese escenario. Pensé.
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