domingo, abril 27, 2008

Cambio de casa

Hoy me cambio de casa. Cambio 170 m2 construidos por 67 m2. Cambio 600 m2 de patio de verde pasto, árboles grandes y piscina temperada, a uno que no debe medir más de 20m2.

Pero estoy feliz. Me sentía irresponsable e inconsecuente con tanto tamaño.

Una amiga de la Sorbonne que me acompaño con un buen vino hace unas semanas, se incomodaba cada vez que se encendía un aspersor automático. El agua en chile, me decía. Y yo la entendía bien.

El riego automático funciona a la perfección con apoyo de un minicomputador, con agua de un pozo de 18 metros de profundidad. La misma agua que bebo. No hay industrias ni planteles cercanos.

La caldera que funciona con contaminante petróleo calienta un piso radiante en dos niveles.

Mangueras que simulan lluvia artificial para los calurosos días de verano, que nunca usé.

Un quincho con asador automático y cocina industrial, patio techado y cerrado en carpa blanca. Tampoco lo usé.

Aire acondicionado en el segundo piso, que habré encendido un par de veces.

Para que decir de la piscina temperada. Creo que la hice funcionar por curiosidad un par de veces hace unos años.

Nada de eso me servía ya.

Me había metido en una conducta insustentable. Me había dejado impresionar por el concepto de exitismo barato.

En mi nuevo patio de 20m2 está todo por hacer. Planifico usar piedras, agua que recircule y vegetales xéricos. Crear pequeños espacios. Minisenderos y plantas que consuman poca agua. Cada rincón será un mundo de posibilidades para que mis hijos disfruten. Y yo también.

Estufa, lo mínimo posible. Usaremos más chaleco grueso en invierno.

Quiero crear un patio pequeño pero lleno de detalles. Metros cuadrados según viera en mi viaje a Tokio hace unos años.

Mi meta es ser carbón neutro en el corto plazo. Inculcar lo mismo a mis hijos y sus amigos. No desde el discurso, sino desde la actitud.

Si pudieramos darle un uso mejor al agua del estanque del baño, pienso.

Mi patio de especies xéricas se verá maravilloso en la zona norte, si en el rincón sur aparece una botellita que recibe gotas diarias desde un envase camuflado.

El sur me recordará mis días en valdivia. El centro mi paso por el toro, y el norte será la aridez de talca y santiago, justo donde están los galones del contaminante gas.

Hoy me cambio de casa. A vivir a mi propia escala y la de mis hijos cuando estén conmigo.

Cierro un período de irresponsabilidad con esto. También un pasado proyecto de vida. Cierro también malos recuerdos. He hecho limpieza energética para quien llegue y para mi. Nunca imaginé que para esto me servirían las enseñanzas del maestro Chang en el Tai Chi chuan.

Abandono esta casa para ir a construir un nuevo hogar.

Me deseo suerte. Ojalá nunca más me vuelva a encandilar. MUCHA SUERTE!!!