Alerce: Ecologistas versus Huilliches en Chile
Grupos ecologistas fomentan consciente o inconscientemente la expulsión de las familias huilliches de los alerzales con los cuales han convivido por siglos, a pesar de sucesivos procesos de expulsión y robo de tierras en cada administración de estado en el último siglo.
El causal de contingencia: la amenaza que estas familias significan para el acervo ecológico-cultural que se decide para los alerzales desde Santiago y Pumalín.
Cuando estos grupos ecologistas defienden la clasificación del alerce como "especie en peligro de extinción" no miden las consecuencias de violencia, usurpación, pobreza/indgencia y eventual delincuencia futura en las ciudades cercanas.
Muchos líderes ecologistas han olvidado su pasado rebelde asentado en los movimientos campesinos y mapuches antidictadura y anti empresarios forestales.
Basarse en relatos de cronistas e historiadores para cuantificar los alerzales del 1500 es de una simpleza y falta de rigurosidad enorme. Digno de J.J. Benites viajando en una cápsula de tiempo. Señalar que todo lugar donde hoy existe renovales de canelo o mirtaceas en la cordillera de la costa, antes fue alerce?, me hace dudar de las dinámicas sucesionales de los libros que enseñan. Extrapolar y asimilar la superficie de alerce a toda condición de altitud mayor de 600 msnm, es digno de campañas de recolección de fondos de wwf internacional.
Antes, lograron poner al alerce en el apendice I de CITES, con lo cual limitaron cualquier posibilidad de las mujeres huilliches de exportar artesanías a buen precio, aunque provinieran de troncos enterrados y muertos de la especie. Luego promovieron la moratoria total del alerce, lo que incluia prohibir el uso de cualquier producto proveniente de los alerzales, aunque fueron no madereros y de otras especies acompañantes. Solo ecoturismo, del que promueven fundaciones extranjeras y sus intereses inmobiliarios camuflados por programas de conservación.
Actualmente se está iniciando el proceso de expulsión de las familias huilliches de los alerzales, desde donde han subsistido por centurias. Si no lo hacen se verán obligados a conocer las capachas de los retenes de carabineros de Fresia, Osorno, La Barra, Puerto Varas y Hualaihué, por incumplir la legislación forestal. Y pobre del jefe provincial de CONAF que no cumpla con el mandato que le otorga la ley forestal, allí estarán los, hoy, empresarios de la leña certificada financiados por la comunidad europea, atentos a la denuncia y encarcelamiento de la autoridad, si es preciso.
Estos forestales de la Austral y la Chile, que tanto hablan de manejar el bosque nativo, no saben más alla de saber localizarlos, cuantificarlos y proponer sacar leña de ellos y preservarlos. Y lo hacen mal, si lo supieran, se darían cuenta que con más del 60% de la superficie de alerzales protegidos en el SNASPE no se puede amenazar su existencia. Menos si el resto está en manos de Tompkins, Endesa/huinay y una parte menor en manos de los Huilliches.
Basta de farzas. Los ecologistas chilenos hoy fomentan un acto genocida, facilitan el recambio de razas, vendiéndose al mejor postor.
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