Nuevo hogar y estufas Recco
Ya estoy instalado en mi nuevo hogar. Mi pequeño pero acogedor hogar. Instalé cortinas, muebles, aromas. Resta impregnar con energías.
Definitivamente la alternativa de calefacción que privilegié fue la estufa a gas, con ruedas. Para los días que estoy en Talca no se justificaba invertir en una de combustión lenta, ni asumir las esperas de encender el fuego ni comprar leña de quizás dónde cortan. Ni podía asumir el costo de una estufa eléctrica.
Respecto a la parafina, si bien en la universidad solo usé de esas, ahora me imagino la contaminación intradomiciliaria que eso implica. En el caso del gas, algo similar, pero menos. Y echo menos humo a las casas vecinas.
Primero opté por revisar en multitiendas por internet. Luego de revisar las diferentes opciones, de radiación y convección, el costo me hizo preferir las de radiación infraroja. Ya en la tienda, opté por privilegiar una marca nacional, más barata. Marca Recco.
LLegué a la casa. Sigo todas las instrucciones aunque ya las sabía. De tres paneles solo enciende uno, el de al medio. Los dos laterales no encienden, Cada 5 segundos sale una miniexplosión azul y se vuelven a apagar. Vuelvo a intentarlo. Echo aire con la mano y se encienden, pero se apagan luego. Mientras, durante los espacios de tiempo que el gas no se quemaba este se esparcía por el segundo piso. Los niños llegaban al día siguiente. No mejoró.
La metí en su caja. Parto a falabella. Pido hablar con el jefe de piso. Aparece un engominado funcionario. Le expliqué que casi nos mata la marca que vende falabella. Que no iba a discutir con él. Me dice que a lo mejor yo no sabía encender el piloto. Mire, le dije, por años he usado estufas a gas con piloto. Es la primera vez que me sucede. Le hacemos una nota de crédito dice el vendedor al encargado de piso. No, le respondió. Cámbiesela no más.
Me muestra un correo electrónico en el cual se lee que respecto de las numerosas quejas de los clientes sobre las estufas Recco han podido comprobar que no es problema de diseño de la estufa sino de no saber encenderla. Le insisto que no discutiré al respecto. Le pido me muestren las marcas conocidas de precio similar.
La siguiente es De Longhi. Tres opciones de seguridad. La llevo. Pago 15 mil pesos más.
Nos vamos. Desembalo. Instalo la bombona (bidón). Abró válvula, pongo perilla en piloto, presiono hacia abajo, voy al encendido eléctrico. Enciende al instante. Vamos bien. Paso a la llama mayor, de los 3 paneles, y cruzo los dedos. Encienden al instante.
Cero olor a gas.
Mientras Falabella intenta convencerse que venden un buen producto. Quizás cuántas muertes provocarán con los escapes de gas que producen. Creo tener más inteligencia y paciencia que una abuelita que acepta un regalo que no se atreverá a devolver. Y que con suerte podrá prender un solo panel. Ojalá que el olor a gas le alerte que algo pasa cuando intenta encender los otros dos. Ojalá no le toquen imbéciles en el servicio técmnco o la multitienda que le den a entender que es una tonta que es incapás de seguir instrucciones, que es cuestión de apretar los pilotos el tiempo suficiente.
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