lunes, mayo 22, 2006

Roles públicos y privados de conservación II

(...continuación)

Entendiendo que el 10% es una responsabilidad ineludible del estado y el resto puede ser aportado bajo diversas figuras de conservación en la matriz productiva, cabe reconocer cuales son las opciones de conservación pública en ese 10%.

Hace unos años la estrategia de biodiversidad arrojó una serie de sitios prioritarios para la conservación, algunos de ellos basados en los sitios prioritarios anteriores de la Conaf (libro rojo) y otros que cubrían ecosistemas no incluidos en esa primera aproximación. En algunas regiones los sitios fueron mejor identificados, con métodos sistemáticos y uso de tecnologías de punta y en otras regiones mandó el ojo. Algunas regiones con sitios enormes y otras con sitios pequeñisimos. Algunos sitios como polígonos y otras con puntos. Algunos proponen proteger cordilleras completas (RM; VIII; X) con ciudades dentro incluso y otros se enfocan en fragmentos aislados de bosques nativos. Incluso algunos sostienen parques nacionales en su interior, mientras otros se concibieron como anexos e incrementales al SNASPE.

Independiente de esas disparidades de criterios regionales los sitios prioritarios constituyen una expresión de deseo respecto de donde conservar. Sin embargo no está claro que la selección de sitios y delimitación haya considerado la representatividad ecosistémica en áreas protegidas. Y sin ese análisis los sitios prioritarios no pueden considerarse como el insumo que permite reconcoer el 10% del rol ineludible del estado.

Los sitios prioritarios en su mayoría correspondieron a zonas del territorio que disponían de mayor información que otras. Por lo tanto uno de los criterios de priorización principales fue el valor científico del teritorio, posiblemente especies amenazadas, endemismos y valor comercial de especies nativas. Pero de representatividad poco o nada.

En este sentido los sitios prioritarios de la estrategia de biodiversidad no son equivalentes a ecosistemas relevantes, pero si pueden formar parte de ellos.

De dónde obtener el diferencial para alcanzar el 10% entonces. Mi impresión es que se requiere un estudio de nivel nacional de representatividad que aporte ese dato, y que considere cuánto es el aporte de los sitios prioritarios al 10%. Mi impresión es que los sitios prioritarios no aportan ni el 5% de regiones de la zona central y en las regiones extremas menos del 1%, considerando que regiones como aysén y magallanes deben tener sitios pequeños por disponer ya de amplias zonas protegidas oficialmente, previas a la estrategia y la meta del 10%.

Otro aspecto que me llama la atención es cómo el estado, piensa abordar su rol ineludible en el 10%, si la propiedad allí es totalmente privada y con destinos de uso productivos.

Posiblemente ahi pueden aparecer las figuras de áreas protegidas privadas, santuarios de la naturaleza, ramsar y otras figuras, pero en donde la fiscalización deba ser un tormento para el privado. Con mecanismos de incentivos reales y efectivos.

En el 90%, por su parte, también pueden haber áreas protegidas en la forma de santuarios y otras figuras, pero el rol de esas áreas protegidas será secundario y posiblemente más asociado a la conectividad y amortiguación respecto de las áreas protegidas del 10%. Los incentivos del 90% insisto, serán de información, imagen, mercadeo, agilización de procesos de evaluación ambiental, etc.

Ahora bien, qué gana el estado con la conservación en el 90%?. Pues se asegura de dar una protección más efectiva a especies que migran y que si bien pueden tener sus refugios en el 10% deben salir a alimentarse o movilizarse en la zona del 90%.

Por otra parte, la protección de muchas especies amenazadas, y las en condición de más fragilidad, estarán ubicadas en plena matriz productiva. Por lo tanto los mecanismos de fiscalización de corta o caza de esas especies debe mantenerse allí.

Considero que en la medida que el sector público y privado reconozcan bien sus roles, no debiera extrañar que alguien proponga que conservará fomentando el manejo del bosque nativo o explotación comercial. O que conservará a través de una área de manejo y explotación de recursos bentónicos, acuicultura o un arrozal. Todo será válido si se entiende que se está en el 10% o en el 90%.

El estado estará apoyando en ambas partes pero de diferente manera con diferentes instrumentos, con una regla en una mano y con la zanahoria en la otra.

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