viernes, abril 21, 2006

Islas remanentes del bosque húmedo en pleno valle central.



















En pleno valle central, de la comuna Retiro en la región del maule, altamente antropizada por la agricultura, los arrozales y los álamos, conocí hoy un pequeño rodal de unas 4 hectáreas con robles centenarios, con canelos de más un metro de diámetro a la altura de mi nariz, pataguas y pitras.

Unos niños de la zona me contaron que anda mucho carpintero y coipos.

Una sorpresa.

Algo parecido e impresionante he visto a orillas de la carretera 5 sur, en el cruce que conecta a la localidad de constitución. Un bosque siempreverde en pleno valle. Sin embargo, en los últimos meses ha sufrido el desecamiento para la habilitación de terrenos agrícolas.

Que tan fácil es hacer eso?. Simplemente pedirle permiso a la secretaría regional ministerial de agricultura, al sag y no se si a Conaf. Y les dicen que quieren habilitar un terreno agrícola donde actualmente hay un matorral improductivo y generador de ratones colilargas.

Si en cambio el propietario presentara un proyecto d reconversión productiva, fundamentando que al estar a menos de 100 metros de la principal ruta conectora del sur con el norte, quiere establecer un punto de descanso en la ruta, donde el viajero cansado pudiera iniciar el proceso de conocer los bosques del sur de chile, caminar por un sendero húmedo en pleno valle central supuestamente seco.
Para ofrecerle artesanías hechas con ramitas, frasquitos de vidrio con tapas de madera torneada y en el interior con aromas de flores silvestres, miel de aveja de las numerosas especies melíferas del rodal y fotos en el sendero, etc etc.

Lo más seguro que en esta segunda opción el propietario sea aborrecido por las autoridades agrícolas. Le negarían el pan y el agua. No se metan en mi rancho dirían los jefes de servicio. No califica como beneficiario de Indap...

1 comentario:

Anónimo dijo...

En ocasiones, bajo el argumento de conservar biodiversidad, se desarrollan esfuerzos técnicos, estratégicos, políticos y ciudadanos, para que ciertas áreas, tanto de tierra o mar, sean protegidas o declaradas bajo protección oficial.

Sin embargo, generalmente dicha determinación se realiza desconociendo los verdaderos factores que originan y precisan una decisión de tal magnitud. Al menos, en cuanto a conservación de biodiversidad se refiere.

El origen biogeográfico, el endemismo y la rareza, a menudo reunidos bajo el concepto de singularidad, son elementos de empleo frecuente cuando se trata de justificar necesidades de conservación de biodiversidad, en este caso de flora y vegetación.

Así, por ejemplo una recopilación de estudios florísticos y fitosociológicos realizados por varios autores (San Martín, Troncoso Y Ramírez, 1988; San Martín, Solervicens, Ramírez, San Martín y Elgueta, 1992) demuestran la existencia de varios parches de "bosques azonales" en las inmediaciones de la Subregión del Bosque Caducifolio Maulino; dominada en su fragmentada matriz original, por especies del género Nothofagus.

En dichos territorios, en sectores puntuales, es posible identificar bosques azonales, no necesariamente relictuales. Los hay unos dominados por elementos tropicales (Magnoliaceae (Drymis) y Myrtaceae), mientras que los hay otros dominados por Nothofagus antarctica, de origen Antartico.

De esta forma, idenitificar los elementos de mayor singularidad en una región de conservación, resulta crucial en la toma de decisiones de objetos de conservación y direccionamiento de esfuerzos.

En definitiva, no siempre un "bonito y/o extenso bosque" resulta altamente biodiverso. Para determinar eso, debemos indagar mas profundamente sobre la constitución de su elemento florístico, vale decir, la virtud de un origen y una evolucion comun de un conjunto, comunidad o asociación de plantas, tras las cuales existen atesorables tramas de diversidad biológica (y genética).