Piratas del Siglo XXI, nuevos tesoros
Un destacado y reconocido botánico y jardinero de Edimburgo llegó a una isla en el pacífico sur, de nombre Robinson Crusoe, donde habitaba un botánico francés y jardindero también.
El francés, cuidando que nadie se llevara parte de su tesoro de exportación, le pidió a la autoridad del parque nacional que revisara los bolsos y maletas del escoses para evitar que se llevara parte del botín. El era el único que tenía la exclusividad de ponerle su nombre y apellido a todas esas singulares únicas y desconocidas especies de las cuales restan solo pocos ejemplares por cada especie y a veces familia.
La pelea no fue a muerte, pero algún día si llegará a ello y nadie lo sabrá.
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