Atentado contra la biodiversidad en Putú
Hace unos 3 años, un amigo me contaba que habían presentado un expediente para la declaración de Santuario de la naturaleza del humedal de Putú (pajonal de las Burras), ubicado a unos 20 kilómetros al norte de la ciudad de Constitución, en la Región del Maule.
Y en las noticias del fin de semana aparecía el director regional del Consejo de Monumentos Nacionales del Maule diciendo que el humedal se había secado.
En su momento, la única forma de proteger el humedal de la inescrupulosa acción de los hijos de un empresario de transporte y productor de vino, de apellido Paredes, era declarar la zona como Santuario de la naturaleza. La reciente construcción de la carretera costera abrió los apetitos inmobiliarios y gastronómicos de varios locales con recursos.
La idea de construir un restaurante en la playa, un complejo turístico ecológico, un grupo de cabañas y un hotel con spa incluido, eran suficiente material para justificar la construcción de un camino que permitiera acceder a la playa desde la carretera. Pero atravesando el humedal.
La zona era protegida de caza por el sag, pero de nada más.
Conama había financiado unos miradores a Codeff, pero que ya estaban abandonados y frágiles.
El hijo de Paredes era un loco de la motoniveladora y construía castillos de arena como en su niñez. Destruyendo lo que encontrara a su paso. Desafiando a la naturaleza indómita.
Al poco tiempo se quedó sin dinero. Los vicios lo mataban y su padre no le daba más dinero.
El restaurante quedó abandonado. Los toldos de totora en la playa también.
Mientras, en el consejo de monumentos nacionales se aprobaba por unanimidad la declaratoria del santuario de la naturaleza. Mientras el consejo de monumentos nacionales en Santiago hacia consultas y preguntas. Por 3 años ya.
Hoy el humedal está seco.
Y hoy el hijo de Paredes puede habilitar más sitios para sus parcelas ecoinmobiliarias.
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