El negocio de la biodiversidad
Cuánto falta para que las empresas como celco entiendan que la biodiversidad es un buen negocio y no una externalidad o un costo. Por ahora los directorios de esas empresas a lo más aprueban campañas comunicacionales con nombres verdes de conservación.
Se suponía que habían aprendido de valdivia, con los millones de dólares que perdían día a día por una millonaria planta parada. Por qué esperar los cagazos para ofrecer los apoyos que sean necesarios.
El cuestionamiento a las papeleras y celulosas a nivel internacional es muy fuerte. Por muchos conocido es que esa presión es generada en gran medida por los industriales del papel de estados unidos que financian estas campañas vía ong internacionales con presencia en chile, uruguay y brasil. No es desconocido que los gringos usan cualquier herramienta para sacar a su competencia del camino, partieron con las certificaciones comerciales ambientales, que no tienen por más objetivo que acercar los costos de producción de los países pobres a los costos suyos.
A celco le seguirá saliendo muy caro el costo por su debil mirada a la conservación.
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