Areas Protegidas Multipropiedad y el interés común
En general los tomadores de decisiones públicos sobre conservación tienen en mente un modelo tradicional de áreas protegidas uni-prediales, donde la protección se hace efectiva en la medida que existe un plan de manejo y un individuo o institución que se haga responsable de implementarlo.
Sin embargo, la gran mayoría de las áreas protegidas en zonas altamente antropizadas sostienen múltiples propietarios en donde difícilmente se puede reconocer la posibilidad de tener múltiples planes de manejo. Menos aún reconocer un administrador que vele por el cumplimiento de esos.
Más que tratarse de planes de manejo, en ese caso, yo hablaría de planes de conservación o de ordenamiento multipredial. Con zonificaciones productivas, proteción y preservación. Donde se promueva el uso sustentable pero también el no uso de otros sectores más frágiles y pasando por toda la gradualidad de opciones de intensidades posibles.
Respecto del administración, claramente que será dificil reconocer un actor respetado por todos los propietarios a menos que exista un financiamiento externo que lo pague y que ofrezca interesantes incentivos para mantener la asociatividad. Pero la experiencia internacional indica que en la medida que se sacan esos financiamientos, la asociatividad se derrumbra.
En esos casos considero ineludible la tarea de reconocer la creación de institucionalidades locales, ya sean consejos ambientales locales que representen a la comunidad (el profesor de la escuela, el presidente de la junta de vecinos, etc) o un sistema de vigilancia ambiental local, que en realidad sea botón alerta para los organismos fiscalizadores.
Es difícil generar las asociatividades cuando no existen componentes o intereses comunes entre los propietarios. Muchas veces se habla de trabajar con la comunidad pero en realidad se trata de localidades. En el norte o centroamérica son fácilmente reconocibles las comunidades de agua, pues tienen ese elemento en común, algo que no claramente se reconoce en la zona central de chile.
El desafío, en ese sentido, parte por identificar y empoderar a la biodiversidad como un elemento común de interés para la localidad y así poder transformarla en comunidad.
Este nuevo enfoque requiere de una institucionalidad pública moderna, flexible y bien articulada. No es lo normal. También a los servcios públicos les hace falta trabajar en la forma de comunidad y con intereses comunes. Y la biodiversidad puede ser la herramienta que les permita a ellos unirse también.
Otras propuestas abordan esos interes comunes transversalmente a la institucionalidad a través de la planificación y conservación de cuencas.
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